Cuando nace un bebe, por lo general la familia lo recibe emocionada. Tambien con lleva previamente una variedad de acciones tales que el nuevo ser humano ya tiene nombre asignado, vestimenta y todo lo demás necesario para su cuidado.
Pero atentos padres, adulto responsable de ese menor, la tarea no termina ahí. Actualmente con el avence en el estudio de la psicología, medicina, antropología, etc, se ha detectado la carencia afectiva.
La carencia afectiva es una situación de falta de cuidados, de protección, de atención y de apego que sufre o ha sufrido un niño por parte de su madre o cuidador habitual durante los primeros años de vida.
Esta carencia afectiva puede ser debida a multitud de circunstancias como el abandono, el maltrato o a otras situaciones familiares menos traumáticas pero que dejan al niño desatendido en el plano afectivo y relacional.
A lo largo de los primeros meses y años, el bebé humano precisa de caricias, abrazos, besos y palabras cariñosas que estimulan su crecimiento y maduración cerebral. Sin este calor afectivo, sin este apego materno-filial, el desarrollo neuronal no se completa adecuadamente.
Sabemos que no es suficiente con alimentar al bebé para que crezca sano, hay que transmitirle afecto y cariño, hacerle sentir que es amado para que se desarrolle adecuadamente no solo en el plano afectivo, si no también físico y mental.
En la sociedad actual en la que vivimos, inmersos en una actividad frenética y con horarios laborales poco adecuados para la conciliación familiar, son muchos los niños que viven faltos de afecto, de cariño y de las relaciones afectivas necesarias para su correcto desarrollo.
Síntomas de la carencia afectiva:
1. Problemas con el control de los impulsos, con cambios bruscos de conducta y respuestas agresivas.
2. Desconfianza generalizada.
3. Deficiente desarrollo del lenguaje y habilidades sociales.
4. Déficit de atención.
5. Trastornos de ansiedad.
6. Dificultades para expresar sentimientos y problemas para modularlos.
Todos estos síntomas pueden llegar a hasta la edad adulta encontrándonos con personas egocéntricas, con escasas habilidades sociales y dependientes emocionalmente.
Fuente: Guíainfantil.com
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